Extraño...

Extraño cuando tus manos buscaban el tacto de las mías engañando a la distancia.
Extraño entrar por tu ventana en esas horas de desvelos en mi compañía y más nada.
Extraño las primeras miradas y esa ilusión de pensar que podías ser sólo mía.
Extraño la noche en que llegaste para volver a encontrarte y seguir sin tenerte.